17.9.11

Inconscientemente


El grupo se separaba, alejándoles. 

En lo que dura un suspiro, sus brazos se juntan y se deslizan uno por el otro, acariciándose, transmitiéndose mil cosas a través de la piel. Ambas miradas se oponen ya cada una hacia un lado, hacia sus respectivos caminos. Al fin sus muñecas llegan a juntarse, sus manos y después sus palmas. En esa última fracción de segundo algo ocurre, parece que las yemas de sus dedos aúllen de dolor al darse cuenta de su pronto destino, de su separación. 

Cual burbuja, todo explota, haciéndome regresar al presente tras pasar por un vórtice de aire azul.

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