20.6.10

Miau

Reconócela, la sonrisa del gato.
Cuando sepas que está cerca, aprovecha,
descubre al ser rayado que te ha estado acechando para, junto a él, comerte el mundo desde el escenario.

13.6.10

Carta de una desconocida

Stefan Zweig

Amor ciego sin precedentes. Esta corta historia, relatada en las hojas de una carta, nos cuenta cómo una mujer se enamora desde niña de su vecino, unos cuantos años mayor que ella.

Todo empieza con la noticia de la llegada de un nuevo hombre al edificio. Escritor, apuesto y bohemio. Cuando la protagonista se cruza con este hombre por primera vez, se queda prendada, desarmada y anonadada. Desde ese momento su mundo se reduce completamente.

Un amor a través del tiempo y poco reconocido. Un amor obsesivo por alguien a quien apenas conoce y con quien ha intercambiado unas pocas palabras.

Para mí, triste historia. Cuanto más leía peor me caía el hombre y menos sensata me parecía ella.

2.6.10

Ana Frank ¿Todo esto es verdad?

Me comentaron sobre la verosimilitud de la historia mientras la leía y me empezaron a entrar serias dudas sobre si este Diario escrito supuestamente por una niñita no era otro más de los muchos libros existentes sobre judíos, escritos precisamente por ellos o por otros (con esto me refiero a escritores que quieren salir a la luz gracias a un libro que deje Huella, de la que hablaré más adelante, tratando el trágico tema de los judíos) para dios sabe que propósito, y claro, no escrito por una niña en la II Guerra Mundial.

Pienso que Ana existió, pero la pregunta sigue rondando por mi mente.

Hay muchos quebraderos de cabeza en el Diario que me son totalmente familiares por eso pienso que está de verdad escrito por ella pero también por ello creo que podría ser falso. Supongo que mucha gente a esa edad piensa lo mismo sobre algunas cosas. También puede que Ana lo escribiese, pero que le diesen unas vueltas a sus palabras para mejorarlo, y no sea el manuscrito que dejo en su totalidad.

Mucha gente me dijo antes de empezar el libro que éste era “tremendo”, que se pasaba muy mal mientras lo leías. Y en cierto modo tenían razón, pero me parece que hay que leerlo en algún momento. También lo mal que lo pases depende de tí, de lo seriamente que leas el libro (aunque no sé cómo se puede encontrar una manera de leerlo no-seriamente), de si lo lees desde el punto de vista de un adulto o desde el punto de la niña. Te muestra como es el mundo de injusto con ella, pero también como es ella de injusta con el mundo (hablo de los demás escondidos). Que podrás traducir mirando a tu alrededor, mirando a la gente, a tu seres queridos, a todos, y pensando en cómo el mundo lo está tratando a él o ella y como lo estas tratando tú.

También te hace pasar hambre y apreciar más esas verduras que nunca te gustaron… digamos que deja la típica huella de: aprecia lo que tienes. Casi todo el mundo ha conocido esta huella por una razón u otra (niños de áfrica que aparecen en la tele muriéndose, niños soldado o personas que realmente lo están pasando mal, otros libros, la propia razón, etc. etc.). Hay gente que esa Huella la tienen presente en sus vidas durante… digamos, una semana, después se esfuma y hay que estar de vez en cuando recordando a esta gente La Huella. Me empiezo a ir por las ramas, lo sé.

En resumen, no me arrepiento de haberlo leído, aunque reconozco que en ciertas partes me he visto tentada de abandonarlo. El final no sorprende a nadie, ya que siempre estará ahí ese amigo-compañero-personacualquiera que te explica en dos segundos (antes de que puedas pararle los pies o mandarle a paseo), con pelos y señales, cómo acaba. No es que lo haya sufrido en mis carnes...


¡Un abrazo!