9.3.13

Sin edulcorantes, por favor


Camino sola por una ciudad desconocida, redirigiendo mi camino cuando veo que es necesario, paso tras paso siento cada vez un poco más la necesidad de descubrir algo. Tengo la esperanza de ser sorprendida pero sé que me equivoco. Solo seré sobresaltada esta vez por mi propia exhalación. Es algo que he elegido.

Entro en un local abarrotado de obras de arte, el olor me es familiar. En seguida descubro un gato sentado en el escaparate. No hay nadie más en la tienda. Siento que estoy en un lugar donde no existe la soledad, es una parada de bus en la que no pasaré más tiempo del estrictamente necesario, sé que solo me encuentro allí por exigencias del guión. Está bien.  Tras ver todo lo interesante salgo y la calle vuelve a golpearme. Me doy cuenta que no quiero del todo lo que creo que quiero pero que me gusta esta situación. ¿Disfruto con la duda? Puede ser. Y vacilante continúo mi camino.

La oportunidad de conocerme sin los edulcorantes que normalmente me rodean. 

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